EL TRINO DE ESTA BELLA AVECITA TRAE CONSIGO

EL SUAVE INFLUJO DEL ESPÍRITU SANTO

El suave trino de las avecillas que llegan en un momento posterior a la oración; y, ante el derramamiento del Espíritu Santo que viene como ayuda generosa del cielo hacia mi espacio puro y diáfano; es un signo precioso de que el amor de los hombres de Dios, que el eligió llega a través de sus oraciones, sacrificios, Eucaristías y todo aquello bello que hacen para protegerme.

Siento el trino, y, digo si no hay jardín en la casa contigua; que es en ese momento, es el Señor que dice: La Victoria y la Gloria son míos, nadie puede tocar a mis hijos, aún profanando la Hostia Santa y Bendita que he puesto para que me conmemoren.

Sólo un corazón sincero puede ver en aquellos magníficos signos que Dios está ahí. Es mi gratitud para los exorcistas del mundo, para los sacerdotes buenísimos en su esencia, que oran y el Señor responde sus oraciones porque nos muestra que esta ahí  en esa avecita que alaba su nombre. dra. bertha de perú